REVELACIONES de "El Junior" del CDG: A mi "El Z-3 y Osiel Cardenas me regalaron blindadas

Rafael Cárdenas Vela "El Junior" quien fuera arrestado en Port Isabel TX en 2011 y quien es sobrino del capo Osiel Cárdenas Guillén y que gracias a sus colaboraciones con la DEA se logro la captura de grandes lideres del CDG de esa manera se convirtió en "Testigo Protegido" logrando evitar la cadena perpetua y en noviembre de 2014 logro una pena de 20 años de prisión en EU ademas de los beneficios a sus familiares para que puedan radicar en Estados Unidos sin problema alguno.

Tras la muerte de Samuel Flores Borrego el Metro3 en 2011 atribuida al Coss ya nada volvió a ser igual en el Cartel del Golfo las disputas y traiciones en el Cartel se siguen acarreando hasta este 2015.

En 2012 se convirtió en testigo protegido e hizo revelaciones de la estructura del Cartel del Golfo en ese momento que derivo de la captura de varios miembros.

El juicio que se llevo a cabo en Texas contra un exjefe de plaza del Cártel del Golfo en Río Bravo y Matamoros y que derivo en una pena de 20 años de prisión y el pago de 1 millón de dolares, pero antes en una pormenorizada exposición del testigo principal del caso en torno al modus operandi de esa organización, sus traiciones internas y fracturas, su confrontación con Los Zetas… Tales revelaciones las hizo Rafael Cárdenas Vela.

Dijo que empezó a trabajar desde los 16 años en una fábrica de juguetes y después entró a la Policía Federal. En 2001 su tío Osiel Cárdenas Guillén lo envió a San Fernando para “sentar plaza”, ya que en ese tiempo nadie controlaba esa región, hoy estratégica para el trasiego de narcóticos.

“Osiel me dijo que hablara con el comandante de la Policía Ministerial Noé Hinojosa, ya que él me iba a ayudar. Cuando llegué, empecé paso a paso.”

El Junior afirma que llegó a San Fernando con 10 mil dólares para ofrecer pagos a policías, militares y oficiales de Marina, así como a gente de la prensa, la radio y la televisión. Ahí reclutó como informantes a bailarinas y desnudistas de centros nocturnos. “Al alcalde no necesitaba pagarle, ya que habíamos financiado su campaña”.

San Fernando, una población de aproximadamente 70 mil habitantes, era un lugar propicio para el tráfico de droga porque por ahí pasa la carretera que viene de Centroamérica, de donde se importa buena parte de los estupefacientes; otra parte se traía desde Colombia en aviones y embarcaciones que la dejaban en la Laguna Madre. Posteriormente la llevaban por brechas clandestinas a las principales ciudades fronterizas de Tamaulipas.

En esa época las operaciones del Cártel del Golfo en San Fernando costaban 95 mil dólares semanales, precisó. Y para consolidar la plaza, dijo, el cártel entregó 20 mil dólares a los jefes de la Policía Federal Preventiva en la región.

A esos montos debe añadírsele el pago al Comandante Dientes de la Marina, así como a efectivos del Ejército (“sólo a los que trabajaban conmigo”)y a empleados de empresas telefónicas. En fin, “ya sabía cómo hacerle. Aprendí mirando cómo mi tío Osiel manejaba las demás plazas, así que ya sabía a quién tenía que arreglar para tener bien controlado todo”.

El abogado Zayas le preguntó cuánto tiempo se tardó en “arreglar” la plaza: “¿Unos seis meses?”.

“¡N’ombre, menos de 10 días”, respondió Cárdenas Vela.

El siguiente paso, continúa, es nombrar a los comandantes que se harán cargo de los diversos “departamentos”, como el de “pasadores” (que trasladan la droga a través de la frontera), el de los sicarios y otro para controlar a los halcones e informantes. Además, cada sección tiene un “contador”, que supervisa la nómina y revisa que los cargamentos de droga tengan el peso indicado. “El comandante y el contador le rinden cuentas al jefe de plaza”, explicó El Junior.

Zayas preguntó cuánto se tardan los jefes de departamento en tomar posesión: “¿Semanas?”

“¡N’ombre!”, volvió a responder Cárdenas Vela. “En 24 horas. Se debe agarrar el control de voladita, lo más pronto posible, o de lo contrario se nos meten Los Zetas”.

Según la descripción del testigo, el Cártel del Golfo funciona como cualquier empresa moderna, incluso con el sistema de outsourcing. Puso como ejemplo el caso de El Rojo, quien tiene un grupo de 100 pasadores que llevan droga a Estados Unidos a 50 dólares por kilo. El Rojo es contratado por todos los jefes de plaza distribuidos en la “frontera chica” tamaulipeca.

Asimismo expuso que la mariguana mexicana cruza la frontera en dos ocasiones al año. Para la “temporada de riego” empieza a sembrarse en marzo y abril, a finales de mayo se cosecha y desde junio llega a la frontera para surtir a los consumidores estadunidenses.
Para la “temporada de lluvia”, se siembra a partir de septiembre, se cosecha en octubre y a finales de noviembre el producto cruza la frontera, porque los envíos de las entregas anteriores ya se están agotando.

Igualmente habló de la construcción de pistas clandestinas en apartados ejidos de la región para las aeronaves que traían cocaína de Colombia, y dijo que cobraban el derecho de piso (“el piso”) que deben pagar otras organizaciones por pasar droga a través de su territorio: “Les cobrábamos 10%”del valor de la carga.

Contó que él no tuvo que comprar un auto blindado, ya que Heriberto Lazcano (El Z-3) y Osiel Cárdenas le regalaron varios.

La ruptura

El Junior se mantuvo como jefe de su primera plaza hasta 2009 y después se hizo cargo de Río Bravo. A principios de 2010 comenzó la ruptura de Los Zetas con el Cártel del Golfo y en marzo comenzó la guerra. Durante meses se disputaron San Fernando, y al final la controlaron Los Zetas.

Durante el conflicto, los dos bandos cometieron asesinatos masivos: Los Zetas ejecutaron a 72 migrantes porque creían que podían ser reclutados por sus rivales, así como a más de 230 jóvenes que llegaron en autobuses al pueblo, al sospechar que trabajaban para los cárteles de Sinaloa o del Golfo; a ellos los enterraron en varias narcofosas a las afueras de San Fernando. Y durante ese año ambas organizaciones “levantaron” y asesinaron a cientos de pobladores al creer que trabajaban para sus rivales.

En la Corte del Distrito Sur de Texas, El Junior también dio pormenores de las pugnas internas del Cártel del Golfo. Entre otras cosas, enfatizó que Eduardo Costilla, El Coss, quedó al mando después de que efectivos de la Marina abatieran a su tío Ezequiel Cárdenas, Tony Tormenta. En su opinión, El Coss filtró la ubicación del Tony.

Frente a grandes pizarrones con mapas, Cárdenas Vela expuso cómo se dividen las plazas en la frontera tamaulipeca, marcándolas con líneas de colores. En una sesión previa, frente a un pizarrón de al menos dos metros con las fotos de varios capos, Cárdenas Vela mostró la estructura de la organización criminal.

Esta vez relató que en marzo de 2011 se hizo cargo de la importante plaza de Matamoros, cuna del cártel, con el respaldo de El Coss. Sin embargo, éste tenía entre sus lugartenientes favoritos a José Luis Zúñiga Hernández, El Güicho, a Juan Roberto Rincón, El X-5, y a otro que identificó únicamente como El Guerra.

Cuando El Junior tomó Matamoros le dio al Güicho 24 horas para abandonar la plaza, lo que agudizó la división interna del cártel. Zúñiga huyó a Estados Unidos en octubre de 2011 con Juan Roberto Rincón y dos hombres más, después de escapar de un intento de ejecución. Tras cruzar la frontera fueron detenidos por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas en una camioneta cerca del puente internacional de Los Indios. Les decomisaron cuatro bolsas con cocaína, 20 mil dólares en efectivo y una pistola Colt calibre .38, chapada de oro y con incrustaciones de rubíes y diamantes que formaban el apelativo Güicho.

Posteriormente, Cárdenas Vela se reunió con el Metro 4 y Mario Pelón para investigar el asesinato del Metro 3, ocurrido a principios de septiembre de 2011 y que también atribuyó a El Coss: “Fue su culpa que lo mataran”.
Las pugnas en el Cártel del Golfo acabaron por obligar a El Junior a huir también de Matamoros y refugiarse en la vecina ciudad de Brownsville, Texas, ya que las Fuerzas Armadas constantemente encontraban sus refugios. Cree que El Coss les filtraba su ubicación.

Entregados a la Marina

El 19 de octubre de 2011, Cárdenas Vela fue detenido con “tres amigos”por una multa de tránsito en la isla del Padre. Se declaró culpable de poseer y distribuir narcóticos a cambio de que se le retiraran los delitos de lavado de dinero e inmigración ilegal. Los registros judiciales de Estados Unidos lo identificaron como El Comandante 900 y Rólex, que dirigía a más de 500 pistoleros para controlar el tráfico de drogas y proteger cargamentos de hasta cinco toneladas de cocaína y mariguana hacia ese país.

Ha admitido que le dio al gobierno estadunidense información para detener a El Coss, a cambio de una reducción de condena (que podría ser de entre 10 años de prisión y cadena perpetua), además de que se permita a su familia radicar en Estados Unidos.

En la sala también estuvieron presentes miembros de la DEA, uno de los cuales le filtró a un periodista estadunidense que ahora la única institución mexicana en la que confían es la Marina, a la que entregaron la estratégica información obtenida de Cárdenas Vela.

Lo cierto es que con ese testimonio se acomodaron las piezas para entender la racha de detenciones en Septiembre del 2012, que debilitaron la estructura del Cártel del Golfo a un grado nunca antes visto.

Los primeros días de septiembre fue detenido David Rosales Guzmán, El Comandante Diablo, jefe de plaza de la organización en Nuevo León. Mario Cárdenas Guillén, el segundo al mando, fue capturado el 4 de septiembre por la Marina en Altamira. Para el 11, la Marina detuvo en Jalisco a Juan Gabriel Montes Zermeño, El Sierra, jefe para la zona sur de Tamaulipas. Dos días después, la Marina presentó a Eduardo Costilla, El Coss, a quien capturó con el jefe de la plaza de Tampico.

Finalmente, el 26, efectivos de la Marina detuvieron en San Luis Potosí a Iván Velázquez Caballero, El Talibán o El Z 50, quien ya había roto con el capo de Los Zetas Miguel Ángel Morales Treviño, El Z 40, y había anunciado su alianza con lo que quedaba del Cártel del Golfo finalmente Treviño tuvo la misma suerte y fue detenido en el 2013 con 2 millones de dolares en efectivo.

En Washington, la DEA presumió de su contribución en la captura:“Definitivamente fuimos parte de esto. Por supuesto, no hacemos operaciones en México, pero ayudamos a juntar las piezas del rompecabezas”, señaló Lawrence Payne, vocero de la agencia antinarcóticos.

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En el acuerdo con las autoridades de Texas, Cárdenas Vela reconoce haber obtenido al menos 5 millones de dólares en el tráfico de drogas, cantidad que está dispuesto a pagar como parte de la sentencia en su contra. También está de acuerdo en que se le confisque una propiedad que compró en Brownsville, en el número 1312 de Bluewing Circle, pero que puso a nombre de otra persona. Pero si la Corte lo decide, también podría perder otras propiedades.

En realidad, de acuerdo con el Departamento de Justicia, el sobrino de Osiel traficó más de 150 kilos de cocaína, más de una tonelada de mariguana, tiene unos 20 millones de dólares y dos casas en Texas, una a nombre de Rosa Icela Moreno, en Río Hondo, y la de Bluewing Circle, que está a nombre de Emilio R. Villarreal y Laura Capistrán.

Al comienzo del verano de 2011 funcionarios estadunidenses encargados del cumplimiento de la ley comenzaron a recibir información de que liderazgos clave del Cártel del Golfo estaban cruzando hacia Estados Unidos por razones de seguridad. Entre ellos, Cárdenas Vela, en mayo de 2011, para escapar de la lucha de poder que estaba ocurriendo en el noreste de México”. Esa información entregada al gobierno estadunidense es atribuida al Coss.

Prosigue el Departamento de Justicia en la comunicación entregada a la corte federal en Texas el mismo día en que Cárdenas Vela se declaraba culpable de traficar cocaína y mariguana a Estados Unidos:

El Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) localizó al sobrino de Osiel en un rancho cerca de Río Hondo, Texas. Durante varios días estuvo vigilado hasta que fue detenido el 20 de octubre de 2011 junto con otras tres personas por pasarse un alto en Puerto Isabel.

Al momento de su aprehensión llevaba un pasaporte falso a nombre de Pedro García González. Se le aseguraron teléfonos celulares y libros de contabilidad tanto en su arresto como cateos a casas de su entorno.

Uno de los libros de registro contenía la estructura de las personas, armadas y no, que trabajaban para los Cárdenas. En el escrito, el gobierno estadunidense evita identificar a esas personas.
Otros libros de registro detallaban la compra de armas, equipo de protección, vehículos y gasolina. Las direcciones y números de los teléfonos celulares que fueron asegurados tuvieron relación con otras investigaciones de narcotráfico, según el Departamento de Justicia.

Sobre la operación de Cárdenas Vela como jefe del CDG en Matamoros dice que mantenía el control a través de correos electrónicos con otros jefes clave del cártel. Así podía comprar entre 70 y 80 kilos de cocaína al mes en el sureste de México. Los transportaba en pequeños vehículos que llevaban entre 16 y 20 kilos en una sola operación para reducir el riesgo de grandes confiscaciones en la frontera.

Las redes de corrupción

De nueva cuenta sin precisar nombres, el gobierno estadunidense asegura que el CDG corrompía para asegurarse el apoyo de políticos y funcionarios mexicanos encargados del cumplimiento de la ley y de políticos en el tráfico de narcóticos a Estados Unidos. En particular, responsabiliza a Cárdenas de hacer directamente el pago o los regalos a “varios individuos” relacionados con el cumplimiento de la ley en México.

Además el CDG gastaba para equipar adecuadamente a sus miembros, incluida la compra de balas, chalecos antibalas, granadas, chalecos tácticos, vehículos blindados, armas, municiones, teléfonos celulares, radios y hasta salarios.

Identifica a los “guardias” como los responsables de hacer una vigilancia estrecha a los militares mexicanos. Incluso dice que el CDG mantuvo vigilancia por video y grabación de áreas clave en Matamoros, no sólo dirigida a las autoridades sino a las bandas rivales. Al momento de su arresto Cárdenas Vela tenía unos 500 hombres equipados listos para responder a su llamada.

En sus acusaciones, formuladas el 18 de noviembre de 2011, el gobierno estadunidense dice que antes de las disputas internas del CDG, Cárdenas Vela, El Coss y otros no identificados no sólo introdujeron cocaína y mariguana a Estados Unidos, sino que las distribuyeron a través de células establecidas en ese país como pequeñas unidades de operación en varias ciudades, incluidas Brownsville, McAllen, Houston y otras del norte de Estados Unidos.

El sobrino de Osiel, además de importar, almacenar, transportar y distribuir droga en Estados Unidos, se encargaba de colectar y transportar millones de dólares en Estados Unidos como resultado de esas actividades y los trasladaba a México para continuar con su actividad delictiva.

Además era responsable de la compra de vehículos blindados, armas automáticas, granadas, cañones caseros utilizados por el CDG contra Los Zetas en su disputa por el control del corredor de la droga entre Estados Unidos y México en la frontera de Tamaulipas.

De acuerdo con la acusación, el CDG utilizaba vehículos con compartimentos secretos para ocultar la droga y el dinero, además de codificar sus comunicaciones escritas y orales.

Actualmente Rafael Cárdenas Vela se encuentra purgando una condena de 20 años en una prisión federal en Texas EU, ademas de haber pagado un millón de dolares como parte de la multa acordada a la fiscalia pago extra previos a unos 5 millones de dolares que pago en efectivo anteriormente ademas del decomiso de sus propiedades en Brownsville , Texas.
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