#BCS El Obispo Alba Díaz Sugiere Pactar con Narcos

Baja California Sur, BCS.- Hace unos días, por la tarde, unos hombres encapuchados entraron en casa de un pescador, y armados con un marro lo golpearon en las piernas hasta fracturárselas, y se fueron. Oficialmente se investiga y nadie, ni los familiares, quieren decir más. Los datos disponibles hablan de una advertencia por negarse a pagar por el cobro de piso.
 
Como Manuel de 24 años de edad, fue identificado la víctimaque fue agredida con un bate de béisbol, hasta dejarlo fuertemente golpeado.

No es el único caso que ha ocurrido en Baja California Sur, se cuentan por decenas contra pescadores. Lo mismo que ataques a comercios, grandes y pequeños, incluso tiendas departamentales trasnacionales, que por negarse a pagar las extorsiones a los grupos criminales han prendido fuego a sus instalaciones, al menos una de ellas se consumió por completo.

Los feminicidios, amenazadas o desapariciones forzadas, se están incrementando en la entidad. Por ejemplo, en lo que va del año, en promedio, ha desaparecido una mujer cada 10 días. Un rostro de la violencia que nunca antes se había visto en suelo sudcaliforniano.

Ante el incremento de los hechos violentos en el estado, el gobierno (desde el 10 de septiembre de 2021 morenista con Víctor Castro Cosío), se ha defendido colocando las críticas en un ring partidista. Pero el obispo Miguel Ángel Alba Díaz insiste que no se trata de una disputa política, es peor porque es real, el crimen organizado, asegura, “tiene el deseo de controlar todo”.

La violencia en Baja California Sur, advierte en entrevista con esta revista, ya no es física como en el pasado, con ejecuciones y personas decapitadas; ahora es psicológica, con extorsiones, desapariciones forzadas y toque de queda. Ya tampoco existen enfrentamientos entre bandas delincuenciales, éstas se han unido y sólo opera una, dicen es el Cártel de Sinaloa.

Esas denuncias no las hace cualquier persona, las hace el obispo y quien hace más de dos décadas llegó a la diócesis de La Paz, que comprende todo el estado de Baja California Sur.

 
Y va más allá. Las autoridades civiles “ya descansan” en estos grupos delictivos, expone el jerarca católico. Por eso, una de las soluciones que propone a la violencia que enfrenta la entidad, es que se pacte con el crimen organizado.

Con esa propuesta Alba Díaz se suma al obispo Salvador Rangel de Chilpancingo, Guerrero, quien ha considerado desde hace un par de años que es mejor negociar con los grupos delictivos por el bien de la población.

Baja California Sur ha sufrido etapas violentas en el pasado entre grupos criminales; pero los últimos cuatro meses de 2021 y las pocas semanas de 2022, el escenario se muestra con mayor crueldad e intensidad en la entidad, y esta vez contra los ciudadanos. El jerarca católico es contundente: “La gente tiene miedo”.

LA DESCOMPOSICIÓN

A finales de enero, el obispo Alba Díaz, de 71 años de edad, en un mensaje denunció lo siguiente:
 
“De un tiempo para acá hemos sido testigos que por ser cada vez más frecuentes pareciera que nos van haciendo un tanto insensibles o indiferentes situaciones que lastiman profundamente a nuestras familias y, por lo mismo a toda nuestra sociedad.

“Por desgracia los feminicidios, las desapariciones forzadas, la extorsión a comerciantes y pescadores son realidades que viven muchas personas de nuestro pueblo es por eso que no podemos permanecer callados, nuestro silencio se vuelve cómplice”, dijo.

Esos señalamientos causaron el enojo del gobernador Castro Cosío, quien respondió de inmediato: 
 
“Durante años anteriores con mayores índices de inseguridad, algunas voces se mantuvieron calladas. Si tiene algo que el señor obispo quiere ir a declarar, puede hacerlo y están abiertas las puertas del gobierno. Que ya no nos mande más mensajes de esos porque nos vamos a ver obligados a entrar en una situación incómoda para la sociedad, que no la propicie el señor obispo, lo digo directo, si vamos a hablar claro lo invito yo al Palacio de Gobierno….y nos aplicamos a sus dichos si tienen consistencia, si tienen apego a la realidad”.

›Pero el 30 de enero el obispo reviró: “No vine a amarrar navajas. Vine a hacer una advertencia. Ahorita el crimen organizado no es tan violento como en aquellas épocas. La mayor de las veces que hablé a nivel nacional, no enmudecí como momia y no fui un perro mudo pero eso era otro gobierno. Hoy tengo la obligación de decir estoy viendo, la gente mira y tienen miedo, y si de veras amamos a la gente hay que cuidar y no estoy hablando contra este o contra aquel”.

 
Insistió en que “no fue un perro mudo” en el pasado, porque tiene varias cartas en las que ha denunciado la violencia vivida en ese estado desde hace varios años.

En apoyo del gobernador, el dirigente estatal de Morena Guillermo Guzmán Cota manifestó su desacuerdo con los dichos del obispo. “El señor Obispo es una persona dedicada a la parte moral y espiritual de los ciudadanos, y eso lo entendemos claramente, y que bueno que se preocupe por los problemas que suceden con los ciudadanos, nada más que hay maneras de expresarlo; a nosotros como partido nos pareció un exceso el hecho que se nos haya llamado fanáticos”, dijo.

Alba Díaz es un obispo que ha vivido en sus más de 21 años en Baja California Sur la transición democrática de esa entidad del PRD, al PAN y ahora Morena, insistió en la entrevista con este periódico que siempre ha sido crítico con todos los gobernadores.

En la actualidad, advierte, la gente tiene mucho temor “porque han empezado todo eso de cobro de piso, de extorsiones y todo ese tipo de cosas. Ya no es la violencia que hubo en tiempos anteriores, cuando distintos carteles se peleaban las plazas, mientras dejaban cuerpos colgados, gente decapitada”.

›Antes “la gente tenía miedo de ir al entierro, porque llegaban camionetas con narcos, hubo varios entierros donde estaban sólo el padre y los sepultureros, ¿qué le hacemos?”. En esas épocas, las personas tenían miedo de ir a la iglesia a la misa, entonces él los invitaba a su casa y ahí celebraba. “Fueron tiempos muy violentos, se oían balaceras incluso cerca de mi casa, a una cuadra”, recuerda.
 
Pero advierte: “Ya no son esos tiempos, ahora es como un deseo de controlar (por parte de los criminales)”.

En su caminar por las comunidades bajacalifornianas ha recogido los testimonios de sus habitantes y son los que asegura sustentan sus críticas en sus mensajes pastorales.

Por ejemplo, “los pescadores llegan con su producto del mar y ya los están esperando los narcos, (les dicen) a ver qué traes, te damos tanto por eso, oigan pero es qué, no te damos tanto y cállate, cosas feas. Y así en otras partes no nada más en las bahías también en San Carlos, en López Mateos, muchos pescadores me dicen ‘me voy a dedicar a otra cosa, porque lo que me dan no me alcanza ni para pagar el combustible de la lancha’”.

 
Entonces, “sí, hay mucho temor de la gente, la autoridad civil ya descansa en ellos, en los grupos delictivos”.
 
El Control
 
Sobre cómo están operando estos grupos, no es extraño en otros estados, pero sí en el sur de la península bajacaliforniana. “Ellos controlan la prostitución, la venta de alcohol, la venta de tabaco después de tal hora no pueden vender y tas, tas, tas. La prostitución después de tal hora sólo las que están registradas, las que pagan el diezmo, entonces pues son cosas terribles”, detalla Alba Díaz.
 
Ejemplos, tiene muchos el obispo: “Esta muchacha que venía de su trabajo de Ciudad Constitución a Puerto San Carlos que son cincuenta y tantos kilómetros, llegó después de las 10 de la noche, la vieron en la calle, y ‘a ver, tú,  putita; ven pa acá. No te tenemos registrada’. Así que, a bajarle los calzones y darle los tablazos hasta dejarle las nalgas moradas, dispense la palabra, las pompis o los glúteos morados”.
 
Otro señor que andaba también en la noche, relata: ‘A ver tú, raterillo, ¿de dónde vienes? Y otra vez la tabla, los tablazos, jóvenes que estaban haciendo escándalos en la plaza. Personas que los ven que traen una cerveza después de las 10 de la noche… ‘¿en dónde te la vendieron? Pues ese no paga piso, no paga extorsión’. Entonces ahí van con el dueño y se lo friegan”.
 
En las comunidades de Baja California Sur, denuncia el jerarca católico, “ese tipo de cosas son las que están pasando y es lo que tiene a la gente con miedo”.
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