El 7 de noviembre es una fecha emblemática para la señora presidente de la Comisión de Derechos Humanos, ella rinde protesta, el mismo día en que hace 47 años su esposo secuestrara un avión de mexicana en Monterrey.
Finalmente esta semana, el senado de la república voto el nombramiento de quien será ombudsman de derechos humanos el país, la designación recayó en la hija de Rosario Ibarra de Piedra, del mismo nombre Rosario Piedra Ibarra, su madre Rosario Ibarra de Piedra, miembro del Partido en el gobierno MORENA, igual que su hija, luchadora social a consecuencia de haber perdido en 1974 a su hijo Jesús Piedra Ibarra, guerrillero, miembro del grupo 23 de septiembre, su madre fundadora de la organización “Eureka” para búsqueda de personas desaparecidas, donde ella también ha sido activista en busca de su hermano.
La nueva ombudsman, es viuda del Doctor Germán Segovia Escobedo, idealista y también guerrillero, miembro de la “Liga Comunistas Armados” autor intelectual del secuestro del vuelo 705 de Mexicana de Aviación el 7 de noviembre de 1972, que cubría la ruta en ese entonces Monterrey-Distrito Federal en el que viajaban los hijos del gobernador de Nuevo León Luis M. Farías, el empresario regiomontano Dionisio Garza Sada, el cónsul general de Estados Unidos en Monterrey Wesley Parsons y su asistente, el Ingeniero Jaime Lomelín Guillen funcionario de Industrias Peñoles, entre otros personajes y que fuera desviado a la Habana, para liberar exitosamente a guerrilleros de la liga 23 de septiembre a cambio del avión.
SU HERMANO MIEMBRO DE LA LIGA COMUNISTA 23 DE SEPTIEMBRE, UNO DE LOS ASESINOS DE EUGENIO GARZA SADA:
En la política todo está vinculado, hasta lo que no está.
Soslayarlo puede reabrir las heridas y dividir.
Esto sucedió en septiembre, en la conmemoración luctuosa por el asesinato de don Eugenio Garza Sada, un empresario ejemplar que le dio fuerza moral y dirección a los industriales en Monterrey, la acompañó Pedro Salmerón, hasta ese momento director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, con un desafortunado mensaje en Facebook donde elogió a Garza Sada y explicó el contexto social y político de aquellos años de febril actividad guerrillera, llamando a sus asesinos “jóvenes valientes”.
Esas palabras, sacadas de contexto pero desafortunadas al no tomar en cuenta el entorno polarizado e irracional que se vive, desataron una polémica encendida.
El asesinato de Garza Sada no enorgullece a la izquierda, aunque en ella se refugió Salmerón para ocultar su poco tacto político y fugarse hacia delante, al decir que era la extrema derecha fascista quien lo atacaba. Salida fácil y hueca, como las que hoy abundan.
Este tema no está resuelto.
María de los Ángeles Magdaleno, recordó en un ensayo en el número 99 del Boletín de Investigaciones Históricas de la UNAM en la primavera de 2014, que el Partido Comunista había calificado a la Liga Comunista 23 de Septiembre, la de los “jóvenes valientes” que asesinaron a Garza Sada, como “un grupo manejado por la ultraderecha, sin ninguna ideología revolucionaria”, lo que de otra forma documentó el periodista Jorge Fernández Menéndez en 2006 con su libro “Nadie Supo Nada”, donde demuestra que el gobierno del presidente Luis Echeverría supo con bastante tiempo de antelación que se planeaba el secuestro del empresario -tenía un informante, Leonel, en la célula que lo planeó-, sin que hiciera nada por impedirlo.
El asesinato de Garza Sada está profusamente documentado en los expedientes de la extinta Dirección Federal de Seguridad en el Archivo General de la Nación.
Está también la génesis de la Liga Comunista 23 de Septiembre, su desarrollo, sus planes y sus fracasos.
En el expediente 11-235-74 H250 L-11 figuran las declaraciones de Ignacio Arturo Salas Obregón, primer líder de esa guerrilla.
La LC23S se fundó el 15 de marzo de 1973 en la casa del dirigente del Frente Estudiantil Revolucionario, Fernando Salinas Mora, El Richard, en Guadalajara, y según la declaraciones de Salas Obregón, “desde la primera reunión se planteó la necesidad de efectuar el secuestro de alguna persona importante para obtener una fuerte cantidad de dinero y la liberación de compañeros presos en diferentes cárceles”. Posteriormente se determinó que la víctima sería Garza Sada, haciendo a un lado otra víctima potencia, Eugenio Garza Lagüera.
No parece fortuito que hayan pensado en un empresario de Nuevo León.
Salas Obregón estudió en Monterrey y, paradójicamente había estado en un instituto que recibía apoyo financiero de quien fue víctima el propio Garza Sada.
Ahí conoció a Raúl Ramos Zavala, quien tenía la idea de unificar a todos los grupos armados, objetivo que no vio porque fue abatido en un enfrentamiento en 1972, pero que lo introdujo con quien sería uno de los jefes de la célula que realizó el atentado.
Salas Obregón declaró que “asesoró y supervisó” los planes del secuestro, pero admitió que su ejecución recayó en los responsable del Comité Coordinador Zonal, Jesús Piedra Ibarra -hijo de doña Rosario Ibarra de Piedra-, José Ángel García Martínez, y Javier Martínez Torres, quien ejecutó al chofer y al ayudante de Don Eugenio cuando defendieron al empresario, y que también murió en el atentado.
Los otros autores materiales del asesinato, según el Expediente 11-235 L-31 H 240-254, fueron Anselmo Herrera Chávez, que murió durante el ataque, Elías Orozco Salazar, que fue procesado en Monterrey, Edmundo Medina Flores e Hilario Juárez García, que escaparon. Salas Obregón y Piedra Ibarra fueron detenidos más adelante por la DFS, y desde entonces están desaparecidos.
Fuentes:
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