¿Qué podría ocurrirles de verdad a los migrantes si desafían al Ejército de EE.UU.?

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Aunque Donald Trump ha amenazado con adoptar medidas para frenar a la caravana migrante centroamericana, los obstáculos legales de algunas permite contemplarlas como mera dialéctica electoral.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció que la semana que viene firmará una nueva orden ejecutiva como medida de coacción contra la caravana de migrantes centroamericanos que avanza hacia predios estadounidenses.

 
A las puertas de las elecciones de medios término, que se celebrarán el próximo 6 de noviembre, Trump ha desplegado al Ejército estadounidense en la frontera para persuadir por la fuerza a los migrantes de que no es una buena idea cruzar, y ha amenazado con negarles el derecho al asilo a quienes hayan llegado.

Esas dos medidas, sin embargo, tendrían que cruzar grandes obstáculos jurídicos, lo que parece indicar que el propósito de los anuncios tiene objetivos más electorales que prácticos, advierte un análisis de AP.
Piedras contra fusiles

El mandatario estadounidense ha demonizado a los migrantes centroamericanos y ha calificado de "invasión" las largas caminatas que hacen a pie desde países como Honduras y Guatemala. Sin embargo, aunque Trump aseguró este jueves que el ejército respondería con fusiles ante cualquier ataque con piedras, este viernes moderó su posición y dijo que en ese caso los soldados solo efectuarían arrestos, refiere Excélsior.

Esa declaración anticipa un posible choque que podría generarse en los próximos días, conforme avanza la caminata. Sin embargo, el propósito soterrado de esas palabras parece tener tintes electorales, tal como advirtió recientemente el economista y profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Dussel Peters.

"No tengo los mejores servicios de inteligencia, pero tampoco creo en las coincidencias. En todo caso, no descarto que en estos 10 días Trump aumente su retórica contra la inmigración para salir mejor parado en las urnas", dijo Peters a RT el pasado martes.

El discurso anti-inmigración de Trump, que le garantizó la victoria electoral en 2016, se ha exacerbado en las últimas semanas para tratar de persuadir el voto republicano y así garantizar la mayor cantidad de curules en las dos cámaras del Congreso a días de la elección.

De hecho, la semana pasada Trump dejó en evidencia el uso político que hace del tema de la caravana con el propósito de buscar votos para la bancada republicana. "Cada vez que usted vea una caravana, o personas que vienen ilegalmente, o intentan ingresar ilegalmente a nuestro país, piense y culpe a los demócratas por no darnos los votos para cambiar nuestras patéticas leyes de inmigración", escribió en su cuenta de Twitter.
¿Qué pueden hacer las tropas en la frontera?

El inquilino de la Casa Blanca ha evitado dar mayores detalles sobre cómo piensa reformar el sistema de asilo, aunque las leyes estadounidenses permiten a los migrantes solicitar esa condición en la frontera o después de cruzarla. Aparentemente, la idea de Trump es restringir esa posibilidad únicamente a los puestos oficiales de ingreso.

"A estas caravanas ilegales no se les permitirá el ingreso a Estados Unidos y deben regresar ahora, porque están perdiendo su tiempo", dijo este jueves el mandatario, que ha prometido que enviará al menos 5.200 soldados adicionales para resguardar la frontera entre México y EE.UU.

Sin embargo, el despliegue de soldados no implica que los uniformados tengan carta blanca para actuar contra los migrantes. ¿La razón? La Ley Posse Comitatus de 1978 impide a los militares realizar acciones de orden civil, es decir, no pueden detener ni procesar a personas que intentan cruzar la frontera, recuerda The Huffington Post.

Otro de los puntos flacos de su amenaza tiene que ver con cómo contener la cantidad de migrantes que llegan a lo largo de la frontera sur, pues los centros de detención se encuentran al tope de su capacidad máxima, y ese territorio es tan amplio y permeable que garantizar su hermetismo es casi imposible.

Trump también ha advertido que podría suprimir el derecho constitucional de dar la ciudadanía estadounidense por nacimiento, tras asegurar —falsamente— que EE.UU. es el único país que la otorga.

Pero aunque el mandatario haya dicho que puede revocar ese derecho, eso es técnicamente inviable. La ciudadanía por nacimiento está contemplada en la Enmienda 14, por lo que dicha disposición solo podría suprimirse mediante una engorrosa reforma constitucional que requiere el voto del Congreso y de los estados del país.
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