Mañana comienza el juicio de El Chapo

Mañana lunes 5 de noviembre comienza el juicio al capo sinaloense Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, acusado de 11 delitos -entre ellos tráfico de drogas, posesión de armas y lavado de dinero-, en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York -ubicada en el barrio de Brooklyn-, con el juez Brian M. Cogan a cargo, quien iniciará la selección de 12 miembros del jurado y sus suplentes.

El juez había señalado en abril pasado que planeaba llamar entre 800 y mil personas como potenciales integrantes del jurado y los elegidos -cuyas identidades se mantendrán en secreto- serán protegidos por alguaciles (US Marshals) cuando sean transportados hacia y desde la sede de la Corte Federal.

Diez días después de la elección del jurado, el próximo 15 de noviembre, está previsto el inicio en sí del juicio oral, que puede terminar con “El Chapo” en una prisión estadounidense por el resto de su vida, a menos que lo eviten sus abogados Jeffrey Lichtman, Eduardo Balarezo y William Purpura.

El juicio costaría alrededor de 50 millones de dólares -el más caro de la historia de EE.UU.-, y podría durar aproximadamente unos 4 meses. Por su parte, Lichtman alcanzó notoriedad al defender al presunto jefe de la mafia John “Junior” Gotti, y tiene un récord de haber litigado cuatro juicios por asociación delictiva, mismos que terminaron en nulidad.

¿De que acusan a El Chapo?

El pasado 22 de octubre, los Fiscales del Distrito Este de Nueva York decidieron eliminar seis de los 17 cargos que enfrenta el ex líder del Cárter Sinaloa, para así reducir el tiempo de duración del juicio, así como para facilitar a los abogados de “El Chapo” la preparación para el proceso.

Según el Gobierno estadounidense, entre enero de 1989 y diciembre de 2014, Guzmán Loera dirigió el Cártel de Sinaloa, organización criminal responsable de importar y distribuir toneladas de narcóticos ilegales a Estados Unidos -alrededor de 154 mil 626 kilos de cocaína a lo largo de 25 años-, así como de conspirar para asesinar personas que amenazaban dicha operación.
 
 
Guzmán Loera también está acusado de usar armas de fuego en relación con su supuesto negocio de tráfico de drogas, así como de lavado de dinero relacionado con el contrabando masivo de poco más de 14 mil millones de dólares en efectivo desde Estados Unidos y Canadá hacia México.

Como parte de esta investigación, se incautaron cerca de 200 mil kilogramos de cocaína vinculada al Cártel de Sinaloa. Además, la Fiscalía neoyorquina busca la confiscación de los más de 14 mil millones de dólares en ganancias ilícitas, que supuestamente obtuvo el negocio de Guzmán Loera.

El capo sinaloense se ha declarado inocente, pero el Gobierno de EE.UU. ha presentado gran cantidad de evidencia en su contra: más de 300 mil páginas de documentos y al menos 117 mil grabaciones de audio, más centenares de fotos y videos. Sin embargo, Balarezo aseguró el pasado 26 de junio, que “El Chapo” no se declarará culpable de ningún delito y no cooperará con las autoridades estadounidenses.

Los Testigos

A principios de octubre, el diario The New York Times señaló que debido al historial de violencia de Guzmán Loera, los fiscales estadounidenses tomaron medidas extraordinarias para proteger a los testigos y han ocultado sus identidades. Sin embargo, los documentos judiciales públicos y los reportes en los medios han proporcionado pistas acerca de quiénes serían.

Entre ellos, estima el rotativo estadounidense, podrían estar los hermanos Pedro y Margarito Flores, dos de los narcotraficantes más poderosos de Chicago. También podría testificar Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael Zambada García, y Dámaso López Serrano, hijo de Dámaso López Núñez, alias “El Licenciado”. 
 
 
El 17 de julio pasado, Eduardo Balarezo dijo que están “preparados” para enfrentar a cualquier persona que declare en contra del capo sinaloense en la Corte, entre ellos “El Licenciado”. Lo único que con certeza se sabe es que algunos integran el programa de protección de testigos y han recibido nuevas identidades.

Otros posibles testigos ya están en la cárcel y fueron ubicados en celdas especiales para protegerlos. Su cooperación implica un riesgo de vida para ellos y sus familiares, pero puede ayudarles a reducir sus condenas. Según el diario El Tiempo de Colombia, el Buró Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés) reclutó a un grupo de narcotraficantes colombianos extraditados a aquel país, quienes testificarán contra el capo sinaloense.
 
 
La intención del FBI sería garantizar que el gran jurado otorgue cadena perpetua al ex líder del Cártel de Sinaloa. El rotativo abundó que el Gobierno estadounidense aún no ha anunciado de forma oficial, los nombres de los líderes de cárteles colombianos que van a testificar sobre los envíos a Guzmán Lorea, a través de rutas aéreas, marítimas y terrestres.

El rotativo abundó que otros narcotraficantes colombianos se encuentran Diego León Montoya Sánchez, alias “Don Diego”, exjefe del Cártel del Norte del Valle; así como Efraín Hernández Ramírez, “Don Efra”; Elizabeth Montoya de Sarria; Iván Urdinola Grajales, Arcángel Henao Montoya; Francisco Iván Cifuentes Villa, “Pacho Cifuentes”; Miguel Solano, “Miguelito”; y Luis Giovani Caicedo Tascón, entre otros.
 
 
“El Chapo y su Aislamiento
 
El narcotraficante mexicano se encuentra en total aislamiento en el Centro Correccional Metropolitano (MCC, por sus siglas en inglés), en el que está recluido desde que fue deportado a Estados Unidos. La prisión de máxima seguridad está ubicada a cien metros de la otra punta del puente de Brooklyn, en el lado contrario del East River, donde se encuentra la Corte Federal.

Guzmán Loera se encuentra en una celda en el piso 10, en una unidad de segregación administrativa, es decir, bajo continua y estricta vigilancia. Además tiene impuestas medidas administrativas especiales -las que se conocen como SAM, por sus siglas en inglés- que el Gobierno estadounidense impone a reos peligrosos.
 
 
No tiene trato con ningún otro preso. “El único contacto que tiene es con los guardias, pero se supone que no le hablan”, aseguró su abogado, Eduardo Balarezo. “Para moverlo de su celda a la sala de visitas hay un teniente y tres guardias adicionales, anda esposado”, señaló.

La celda es de 18 metros cuadrados. Tiene una pequeña ventana opaca a través de la que no se ve el exterior, según ha contado a su abogado, pero sí se intuyen los cambios de la luz como para saber si es de día o de noche.

Además, el litigante defensor teme que su cliente esté deshidratado porque, asegura, le permiten solo comprar seis botellas de agua al mes y el capo sinaloense se niega a beber de la de la llave de su celda, porque está al lado del inodoro.
 
 
Hay una cama, un escritorio, el escusado y un lavamanos. Desde hace poco tiene una Biblia y también un diccionario inglés-español. La luz de su celda nunca se apaga, y no tiene privacidad, porque siempre hay guardias viendo sus movimientos, quienes se supone no le dirigen la palabra.

Además, el litigante ha afirmado -en reiteradas ocasiones- que la salud del capo sinaloense se ha deteriorado. “El Chapo” ha bajado de peso, asegura tener problemas de salud y en varias audiencias en la Corte Federal apenas se ha escuchado su voz, ya que el juez no le permite hablar en la sala.

En una única carta dirigida al juez Cogan, el capo sinaloense manifestó: “Sufro de dolores de cabeza todos los días, vomito casi todos los días, no me han arreglado dos muelas y me duelen mucho”, asegurando que la prisión en la que se encuentra “es una tortura de 24 horas cada día”.
 
 
Además, “El Chapo” no puede ver a su joven esposa Emma Coronel Aispuro ni a ningún familiar, excepto a sus hijas mellizas -María Joaquina y Emali Guadalupe- de siete años de edad, y solo a través de un cristal de seguridad que los separa de poder tocarse, todo dentro de una sala de 1.5 por 1.5 metros.

“Estamos dos personas apretadas en una sala de 1.5 x 1.5 metros, no hay una mesa para poner documentos, escribir o poner la computadora. Es ridículo. Tengo que tener la tableta en las piernas para poder anotar algo y verlo por una reja y una ventanilla. Intentamos hablar bien bajo para que no escuchen todo los policías”, comentó el abogado de “El Chapo” en su momento.

Su esposa no está autorizada para visitarlo. Se ven de lejos en las vistas orales preparatorias en las que Guzmán Loera comparece ante el juez cada aproximadamente tres meses. La ex reina de belleza había acudido a todas las comparecencias y se sentaba en uno de los bancos del público, excepto durante la última audiencia de preparación, llevada a cabo el pasado 10 de octubre.

El capo fue recapturado el 8 de enero del 2016, en Los Mochis, Sinaloa, durante un operativo de la Secretaría de Marina (Semar), para luego ser internado en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) No. 1, El Altiplano, ubicado en Almoloya de Juárez, Estado de México, de donde se había fugado por un túnel el pasado 11 de julio del 2015.

El capo sinaloense de 61 años de edad, originario de la localidad de La Tuna, en el municipio de Badiraguato, fue extraditado a Estados Unidos por el Gobierno de México la noche del 19 de enero del 2017, el último día del mandato de Barack Obama, mientras Donald Trump se preparaba para ser investido presidente.


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