Un experto del ejército mexicano con ropa protectora muestra cristales de metanfetamina decomisada en un laboratorio clandestino al noroeste de México, en agosto. (© Guillermo Arias/AFP/Getty Images)
En una de las operaciones antidroga más grandes en la historia de México, los infantes de marina mexicanos, con ayuda de Estados Unidos, decomisaron y destruyeron 96 toneladas de metanfetamina en el transcurso de una sola semana el pasado mes de agosto.
Esta es más de cuatro veces la cantidad de metanfetamina que Estados Unidos interceptó en su frontera suroeste en todo el año 2016.
“Los decomisos son un fuerte golpe para el cártel de Sinaloa”, dijo Rich Glenn, de la Oficina del Departamento de Estado para Asuntos internacionales sobre narcóticos y aplicación de la ley, refiriéndose a la poderosa organización internacional de narcotráfico en los estados al noroeste de México.
Estados Unidos proporcionó capacitación y equipos de protección personal, incluyendo guantes, cobertores y máscaras, a las autoridades mexicanas que destruyeron 96 toneladas de metanfetamina y otras 14 toneladas de químicos para fabricar drogas también.
Iniciativa de Mérida
Las drogas ilegales producidas en México a menudo van a parar a comunidades estadounidenses, creando crimen y violencia en México y una epidemia de uso de drogas en Estados Unidos. Para enfrentar este desafío, México y Estados Unidos trabajan juntos bajo un programa llamado Iniciativa de Mérida.Técnicos de la Armada mexicana, entrenados y equipados por Estados Unidos, destruyeron un laboratorio subterráneo para fabricar drogas ilícitas en el estado de Sinaloa. (© SEMAR México Navy/Reuters)
Estados Unidos ha entregado 2.800 millones de dólares para la Iniciativa de Mérida, que permiten al gobierno mexicano capacitar a oficiales de policía, mejorar la capacidad de los fiscales para enfrentar al crimen organizado, elevar las normas de seguridad y salvedad en las prisiones, y mejorar las instalaciones fronterizas.
Con apoyo a la Iniciativa de Mérida, México:
Decomisó y desmanteló 300 laboratorios clandestinos para fabricar drogas ilícitas entre 2015 y 2017.
Intercambia diariamente información con agencias encargadas de aplicar la ley y con funcionarios de inmigración de Estados Unidos para identificar criminales conocidos o sospechosos, miembros de pandillas y terroristas.
Ha adoptado normas nacionales para la certificación y acreditación de normas para instituciones policiales, prisioneros y forenses.
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