Un grupo de seis presuntos de secuestradores, entre ellos una edecan que citaba a las víctimas a través de redes sociales mientras que expolicías los mataban antes de pedir rescate.
Le cortaban los dedos a alguna de sus ochos víctimas cuando ya estaban muertas y se los enviaban a sus familias como prueba de vida.
Según informe de las autoridades mexicanas, desarticularon una banda de seis secuestradores que asesinaban a sus víctimas antes de solicitar económicamente el rescate.
La banda operaba Ciudad Serdán y era liderada por un antiguo director de Seguridad Pública, entre los integrantes también se encontraba otro ex oficial y una edecán, la cual se encargaba en enganchar a varias de sus ochos víctimas.
Las víctimas eran interceptados y abducidos con violencia, mientras que pedían un rescate de 2 millones de pesos, dos familias solo pudieron reunir 500,000 pesos cada una.
De acuerdo con información de la Fiscalía, todos los secuestrados fueron asesinados antes de realizar la exigencia económica, y a dos les cortaron los dedos para enviárselos a los familiares como prueba de vida.
Especialistas forenses determinaron que los dedos habían sido mutilados "post mortem" (después de muerto).
Las autoridades habían comenzado una investigación en donde se involucró la intercepción de 35 líneas telefónicas, gracias a lo cual se identificó a los agresores.
El 12 de octubre, se realizó un operativo por parte de la Fiscalía y de la Policía Federal en donde detuvieron a los seis integrantes, que se resistieron por medio de armas de fuego.
Otra versión
Las autoridades desarticularon en Puebla una banda de secuestradores que operaba de una forma atroz, la banda, conformada por seis miembros, asesinaba a sus víctimas y hacía creer a los familiares que seguían vivas para solicitar una recompensa económica.
La banda secuestró al menos a ocho personas, y en ninguno de los ocho casos las personas plagiadas volvieron a ser vistas con vida. La célula delictiva operaba en Ciudad Serdán y estaban liderados por un ex director de Seguridad Pública de Puebla, entre sus miembros también se encontraban un expolicía y una edecán, misma que se prestaba para 'enganchar' a las víctimas.
Los primeros cuatro secuestros tuvieron como víctimas a hombres de edad avanzada que fueron abducidos con violencia, en estos casos se exigió un rescate de 2 millones de pesos (100.000 dólares). Solo dos de las familias lograron reunir medio millón de pesos cada una.
El resto de las víctimas eran hombres de entre 24 y 47 años que fueron invitados a una cita por la edecán Jazmín N., de 24 años, lugar donde los abducirían. En estos casos se pidieron 5 millones de pesos (250.000 dólares) pero solo se hizo la entrega de 400.000 pesos por parte de dos familias.
Sin embargo, en ninguno de los casos los familiares volvieron a ver con vida a sus seres queridos, pues según informó la Fiscalía, todos los secuestrados fueron asesinados antes de que se pidiera el rescate. A dos de las víctimas le cortaron los dedos y los enviaron a las familias como prueba de vida, sin embargo, especialistas forenses concluyeron que los dedos fueron mutilados 'post mortem'.
La policía logró identificar a los agresores a través de una investigación que involucró la intercepción de 35 líneas telefónicas. Fue el 12 de octubre cuando la agentes de la Fiscalía General del Estado y la Policía Federal realizaron un operativo en el que detuvieron a los seis integrantes de la banda.
Le cortaban los dedos a alguna de sus ochos víctimas cuando ya estaban muertas y se los enviaban a sus familias como prueba de vida.
Según informe de las autoridades mexicanas, desarticularon una banda de seis secuestradores que asesinaban a sus víctimas antes de solicitar económicamente el rescate.
La banda operaba Ciudad Serdán y era liderada por un antiguo director de Seguridad Pública, entre los integrantes también se encontraba otro ex oficial y una edecán, la cual se encargaba en enganchar a varias de sus ochos víctimas.
Las víctimas eran interceptados y abducidos con violencia, mientras que pedían un rescate de 2 millones de pesos, dos familias solo pudieron reunir 500,000 pesos cada una.
De acuerdo con información de la Fiscalía, todos los secuestrados fueron asesinados antes de realizar la exigencia económica, y a dos les cortaron los dedos para enviárselos a los familiares como prueba de vida.
Especialistas forenses determinaron que los dedos habían sido mutilados "post mortem" (después de muerto).
Las autoridades habían comenzado una investigación en donde se involucró la intercepción de 35 líneas telefónicas, gracias a lo cual se identificó a los agresores.
El 12 de octubre, se realizó un operativo por parte de la Fiscalía y de la Policía Federal en donde detuvieron a los seis integrantes, que se resistieron por medio de armas de fuego.
Otra versión
Las autoridades desarticularon en Puebla una banda de secuestradores que operaba de una forma atroz, la banda, conformada por seis miembros, asesinaba a sus víctimas y hacía creer a los familiares que seguían vivas para solicitar una recompensa económica.
La banda secuestró al menos a ocho personas, y en ninguno de los ocho casos las personas plagiadas volvieron a ser vistas con vida. La célula delictiva operaba en Ciudad Serdán y estaban liderados por un ex director de Seguridad Pública de Puebla, entre sus miembros también se encontraban un expolicía y una edecán, misma que se prestaba para 'enganchar' a las víctimas.
Los primeros cuatro secuestros tuvieron como víctimas a hombres de edad avanzada que fueron abducidos con violencia, en estos casos se exigió un rescate de 2 millones de pesos (100.000 dólares). Solo dos de las familias lograron reunir medio millón de pesos cada una.
El resto de las víctimas eran hombres de entre 24 y 47 años que fueron invitados a una cita por la edecán Jazmín N., de 24 años, lugar donde los abducirían. En estos casos se pidieron 5 millones de pesos (250.000 dólares) pero solo se hizo la entrega de 400.000 pesos por parte de dos familias.
Sin embargo, en ninguno de los casos los familiares volvieron a ver con vida a sus seres queridos, pues según informó la Fiscalía, todos los secuestrados fueron asesinados antes de que se pidiera el rescate. A dos de las víctimas le cortaron los dedos y los enviaron a las familias como prueba de vida, sin embargo, especialistas forenses concluyeron que los dedos fueron mutilados 'post mortem'.
La policía logró identificar a los agresores a través de una investigación que involucró la intercepción de 35 líneas telefónicas. Fue el 12 de octubre cuando la agentes de la Fiscalía General del Estado y la Policía Federal realizaron un operativo en el que detuvieron a los seis integrantes de la banda.
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