El convoy de la Policía Federal iba avanzando y de pronto fueron atacados desde un cerro



Con motivo de los 90 años de la creación de la Policía Federal (PF), elementos de esa institución cuentan sus historias de momentos que marcaron su vida durante el cumplimiento de una misión encomendada por sus mandos.

Predominan las experiencias del personal de las siete divisiones en la lucha contra el crimen organizado en el país.

El policía tercero Cornejo recuerda la emboscada que vivió en Michoacán, en diciembre de 2009, cuando salió con un grupo de compañeros a patrullar la base de Tumbiscatío, zona controlada entonces por Los Caballeros Templarios:

"Una tarde -explica- uno de los comandantes nos dijo que al día siguiente había que desayunar temprano porque saldríamos a Las Cruces, con la instrucción de hacer presencia y patrullar. En ocasiones me tocaba manejar, por lo que revisaba la carta y hacía mi croquis de la brecha que íbamos a cubrir; anotaba todos los ranchos que pasábamos, las salidas y los puntos por los que podríamos ser agredidos.

"Ese día salimos a bordo de cuatro patrullas a eso de las nueve y media de la mañana. Dos horas y algunos minutos después llegamos a Las Cruces, en donde estuvimos hasta las seis y media de la tarde aproximadamente.

"Aunque el comandante del agrupamiento nos había dicho que nos llevarían comida, ésta nunca llegó. Comimos una sardina que un compañero compró y dos kilos de tortillas. Debía alcanzar para más de 25 elementos. Y es que en el poblado no había mucho qué comprar.

"Con una sensación rara, iniciamos el regreso a Tumbiscatío. Nuestra unidad era la punta del convoy. Sugerí a mi superior tomar el camino de pavimento que pasaba junto al poblado de Nueva Italia, pero mi jefe prefirió regresar por el camino de brechas por el que habíamos llegado y poner música de banda, al tiempo que me decía: 'Si me muero, que sea escuchando la banda'. Puse la música bajita, para mantener la atención del entorno y no iba ni la mitad de la primera canción, cuando de pronto vi luces que venían del cerro.

"Sentí varios disparos que impactaron en la camioneta y que me pegaron en la cadera. Sentí caliente. ¡Era una emboscada desde arriba del cerro!.

"[Hubo] otros disparos más del lado izquierdo. Las esquirlas de las granadas se me impactaron en el brazo izquierdo, pero no lo sentía". Asegura que pudo rehabilitarse y reincorporarme a la PF.
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