Era estudiante de la licenciatura en Gestión Empresarial, en el Instituto Tecnológico de Roque, la mujer asesinada de manera bestial en una vivienda de la colonia Nuevo Celaya por sujetos hasta ahora no identificados, los encargados del asunto guardan con hermetismo el avance de la investigación iniciada a raíz de este crimen.
Este inefable homicidio ocurrió entre las tres y cinco de la mañana del viernes, el cadáver fue encontrado dentro de la vivienda marcada con el 318 de la calle Manuel Orozco Irigoyen, pero en dicha rúa y en un Andador que da a la colonia San Juanico, los policías ministeriales observaron huellas de goteo hemático así como de arrastre del cuerpo.
En ese sitio, quedaron tirados los zapatos cafés de la mujer, así como pedazos de tela y otros objetos que los peritos consideraron indicios que pudieran llevar a armar el desarrollo del ataque contra la víctima.
Esta se llamó Guadalupe Aguado, de 23 años, quien vivía en el domicilio con su pareja y el hermano de éste, el primero la encontró muerta a eso de las 5:30 horas, la versión inicial dada por él a la policía, precisó que llegó y no le abrían la puerta por lo que brincó la barda de acceso y encontró a su mujer tirada, con múltiples lesiones de arma blanca y el cuello semidegollado.
Dentro de la casa, estaba dormido el cuñado de Guadalupe pero, según su declaración ante las autoridades, no se percató del asesinato. Su hermano, pareja de la finada, aparece como sospechoso porque le descubrieron lesiones cortantes en la mano derecha, sin embargo, las pesquisas apenas están en su etapa inicial y todo puede variar.
Este inefable homicidio ocurrió entre las tres y cinco de la mañana del viernes, el cadáver fue encontrado dentro de la vivienda marcada con el 318 de la calle Manuel Orozco Irigoyen, pero en dicha rúa y en un Andador que da a la colonia San Juanico, los policías ministeriales observaron huellas de goteo hemático así como de arrastre del cuerpo.
En ese sitio, quedaron tirados los zapatos cafés de la mujer, así como pedazos de tela y otros objetos que los peritos consideraron indicios que pudieran llevar a armar el desarrollo del ataque contra la víctima.
Esta se llamó Guadalupe Aguado, de 23 años, quien vivía en el domicilio con su pareja y el hermano de éste, el primero la encontró muerta a eso de las 5:30 horas, la versión inicial dada por él a la policía, precisó que llegó y no le abrían la puerta por lo que brincó la barda de acceso y encontró a su mujer tirada, con múltiples lesiones de arma blanca y el cuello semidegollado.
Dentro de la casa, estaba dormido el cuñado de Guadalupe pero, según su declaración ante las autoridades, no se percató del asesinato. Su hermano, pareja de la finada, aparece como sospechoso porque le descubrieron lesiones cortantes en la mano derecha, sin embargo, las pesquisas apenas están en su etapa inicial y todo puede variar.
Trascendió que, el viernes por la tarde-noche, la finada acudió a una charlotada organizada por el Instituto Tecnológico de Roque.
Ahí convivió con varios alumnos y, al concluir este festejo, se trasladaron a un “after party” del que se desconoce la dirección, así mismo, nadie sabe qué ocurrió en el lapso del trayecto de ese lugar a la casa donde vivió la infortunada mujer.
Entre cinco y 5:30 horas del viernes, encontraron el cadáver tirado, con más de 60 piquetes producidos por navaja o un cuchillo pequeño, además de golpes severos en la cabeza, semidegollada y con varias lesiones en el área del corazón y vientre bajo.
Llamó la atención que estaba semidesnuda, solo la cubría una chamarra de color oscuro, recorrida hasta los hombros, llevaba una especie de calentadores blancos de la rodilla al tobillo y su pantaleta enrollada hasta la altura de las rodillas.
Se desconoce si el o los criminales que perpetraron este animalesco asesinato consumaron la violación contra la joven, quien al fallecer quedó con la hoja de un arma punzocortante sujetada contra su vientre.
Por su parte, la Subprocuraduría de Justicia para la región C, dispuso que un equipo de investigadores se aboquen a este caso para tratar de descubrir al o los asesinos que le quitaron la vida a esta alumna del Tecnológico de Roque.
Ahí convivió con varios alumnos y, al concluir este festejo, se trasladaron a un “after party” del que se desconoce la dirección, así mismo, nadie sabe qué ocurrió en el lapso del trayecto de ese lugar a la casa donde vivió la infortunada mujer.
Entre cinco y 5:30 horas del viernes, encontraron el cadáver tirado, con más de 60 piquetes producidos por navaja o un cuchillo pequeño, además de golpes severos en la cabeza, semidegollada y con varias lesiones en el área del corazón y vientre bajo.
Llamó la atención que estaba semidesnuda, solo la cubría una chamarra de color oscuro, recorrida hasta los hombros, llevaba una especie de calentadores blancos de la rodilla al tobillo y su pantaleta enrollada hasta la altura de las rodillas.
Se desconoce si el o los criminales que perpetraron este animalesco asesinato consumaron la violación contra la joven, quien al fallecer quedó con la hoja de un arma punzocortante sujetada contra su vientre.
Por su parte, la Subprocuraduría de Justicia para la región C, dispuso que un equipo de investigadores se aboquen a este caso para tratar de descubrir al o los asesinos que le quitaron la vida a esta alumna del Tecnológico de Roque.
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