México. El pasado 3 de noviembre de 2017, Ana Karen Felix, fue asesinada en Torreón, Coahuila, por su pareja sentimental quien además de asesinarla, abusó de su hija de 10 años de edad.
Ana Karen era muy buena madre, muy puntual, alegre, amiguera, positiva, pretendía estudiar cosmetología, de hecho trabajaba como estilista.
Ella vivía en compañía de su hija y su pareja de nombre Jorge Bonifacio, quien más tarde se convertiría en su asesino y agresor sexual de su hija.
Aquel día, la hija de la joven logró escapar cuando dicho sujeto se quedó dormido. La menor llegó a casa de sus tías, descalza, con golpes en la cara y señalando a su padrastro, Jorge, como su agresor quien la amarró para poder violarla.
“La niña se dio cuenta que Jorge se había quedado dormido, se desató, le quitó una navaja, abrió la chapa de la casa y salió corriendo del lugar”, indica Diana, su abuelita y madre de Ana Karen.
Diana junto con su nieta se dirigió a la Procuraduría para la mujer y el menor a interponer la denuncia en contra del agresor, cuando estaban declarando otro de sus familiares se comunicó para informarle que habían encontrado muerta a su hija dentro de su casa.
Momentos más tarde, autoridades se dirigieron al domicilio ubicado en la calle cerrada Rubí, de la colonia Residencial del Norte, de Torreón, donde confirmaron el hallazgo del cuerpo de Ana Karen, con golpes en la cabeza y cuerpo, en medio de un charco de sangre, atada de pies y manos, con una blusa en la boca y una camisa a cuadros alrededor del cuello con la que presuntamente fue asfixiada.
Ana Karen y su feminicida, de aproximadamente 42 años, tenían dos años de vivir en unión libre, él era originario de Texmelucan, Puebla
Días más tarde, de este hecho, Jorge seguía rondando la casa.
Vecinos y autoridades lo veían, pero no podían detenerlo ya que en ese entonces no tenían una orden de aprehensión.
Esta orden se giró cinco meses después.
Al preguntarle a la mamá de Ana Karen qué por qué no se había girado tal orden, ella comentó que las autoridades pusieron como pretexto el caso de su nieta.
“Según las autoridades, mi nieta tenía que declarar todo. Decir qué había pasado, por qué no vio a su madre tirada, si la habían violado en su casa.
“Mi nieta indicó que cuando salió corriendo, no se percató que su madre estaba tirada detrás del sillón.
“Afortunadamente, aunque muy tarde, ya se giró la orden de aprehensión”, indica la madre de la joven.
Hasta el momento, no hay audiencias, no hay alguien que pague por estos dos crímenes, no hay nada, todo está en calma a causa de que este hombre sigue prófugo de la justicia.
Dicho sujeto de nombre Jorge Bonifacio podría encontrarse en casa de su madre quien vive en Texmelucan, Puebla o posiblemente ya escapó a los Estados Unidos, ya que allá vive su papá y él era la persona que le proporcionaba dinero mientras él vivía con Ana Karen.
Actualmente la nieta de Diana acaba de cumplir 12 años, el pasado 28 de enero, esta próxima al entrar a la secundaria. Es una niña muy inteligente, sigue siendo muy aplicada, sigue jugando, pero sus ojos no pueden ocultar su inmensa tristeza.
“Hay veces que siento su sonrisa fingida. A pesar de que nunca está sola, siento que ella se siente sola. Muchas veces se queda pensativa, callada”, indica la abuelita de la menor.
Diana lo único que pide a las autoridades es justicia; ara ella, para su hija, para su nieta. Que las autoridades se pongan a trabajar y agarren al asesino de su hija.
“Yo sólo quiero que agarren a los asesinos, a los ladrones ya que ellos nos roban la vida, nos roban la paz y la tranquilidad”, indica Diana.
Entre lágrimas de tristeza, indignación e impotencia, Diana exclama justicia y espera que pronto agarren a ese hombre que ahorita se encuentra libre y quien le arrebató la vida a su hija y le quitó la alegría a su nieta.
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