Identificado como el último de los zetas fundadores en activo, el último de los “numerados” de la organización criminal, José María Guízar Valencia, El Z43, se refugió hace seis meses en Ciudad de México, donde era asiduo apostador a las carreras de caballos del Hipódromo de las Américas.
Era una de las actividades que realizaba en la capital, desde donde aun con su poderío disminuido manejaba operaciones de narcotráfico y crimen organizado en el sureste del país.
El hombre, por quien el gobierno de EU ofrecía una recompensa de 5 millones de dólares, se escondió en la suite de un hotel de la colonia Roma, por la que pagaba una renta mensual de 20 mil pesos.
Informes de inteligencia a los que tuvo acceso MILENIO, revelan que al menos desde agosto de 2017, Guízar Valencia se trasladó a Ciudad de México, pero no dejó del todo sus negocios como jefe de plaza en Tabasco para el cártel de Los Zetas.
Buscó pasar inadvertido, estaba solo, sin el círculo de seguridad con el que se movía ni los escoltas y sicarios con los que desplegó una ola de violencia en entidades como Veracruz y Chiapas.
Su afición a los caballos, que lo llevaron incluso a comprar algunos equinos, hicieron que fuera cliente frecuente en el Hipódromo, que está en la delegación Miguel Hidalgo.
Las autoridades federales lograron documentar sus constantes visitas a la zona de apuestas y otros movimientos, lo que les permitió preparar el operativo en su contra.
Funcionarios dijeron que el líder regional prefirió ocultarse en Ciudad de México porque le facilitaba pasar inadvertido, contrario a sus zonas de operaciones, “en las que era conocido“.
Solo, cuando regresaba a su hotel de la colonia Roma, fue capturado en la calle el último jefe “numerado” de Los Zetas, el 43 de una historia que inició con Arturo Guzmán Decena, El Z1 para erigir en 2001 al brazo armado del cártel del Golfo.
Para el gobierno federal, 17 años después de su creación, la fracción de líderes del grupo criminal terminó con la captura, sin un solo disparo, de El Z43.
Se concluye una etapa en la que varios militares desertores del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (Gafes), cuerpo élite del Ejército, crearon a los temibles zetas y se convirtieron en sicarios al servicio del capo Osiel Cárdenas Guillén.
En pocos años alcanzaron un poder que hizo que la administración de Barack Obama los clasificara en 2011 como un “inusual y extraordinaria amenaza a la estabilidad de los sistemas políticos y económicos internacionales” por su grado de peligrosidad y violencia.
FOTO DEL RECUERDO
Una fotografía en poder de MILENIO muestra a Guízar Valencia junto con nueve “legendarios” zetas que no solo se reunían para delinquir, sino para hacer vida social.
La imagen fue captada en 2010, año en el que los violentos zetas estaban en la cumbre del mundillo del narcotráfico; se les ve abrazados, como grandes amigos o miembros de una familia.
Los diez “grandes” acudieron a la boda de Salvador Alfonso Martínez Escobedo, El Ardilla, en Ciudad Victoria, Tamaulipas, en la que el padrino fue el extinto líder zeta Heriberto Lazcano, El Lazca.
Eran tiempos de esplendor para estos delincuentes, que ese mismo año se independizaron del cártel del Golfo. En 2010 ya no eran más el brazo armado de la organización delincuencial, sino un cártel más.
De los hombres que aparecen en la foto, tres de ellos fueron abatidos y siete capturados durante operaciones de fuerzas federales y militares.
Se observa de izquierda a derecha a Francisco Antonio Medina Mejía, El Quemado, abatido en abril de 2012; El Comandante Gallo, quien perdió la vida en enero de 2012; Fernando Galaviz o Juan Carlos Gutiérrez, El Pinky, detenido en marzo de 2013.
Óscar Omar Treviño Morales, El Z42, arrestado en marzo de 2015; Salvador Alfonso Martínez Escobedo, El Ardilla, capturado en octubre de 2012; José María Guízar Valencia, El Z43, detenido el 8 de febrero de 2018.
Carlos Alberto Oliva Castillo, La Rana, aprehendido en octubre de 2011; Miguel Ángel Treviño Morales, El Z40, aprehendido en julio de 2013; Mauricio Guízar Cárdenas, El Amarillo, arrestado en julio de 2012 y José Luis Peña Brizuela, El Pompín, abatido en agosto de 2011.
La caída de cada uno de ellos representó la disminución del poderío zeta. En los años recientes El Z43 quedó a cargo de la plaza de Tabasco, convirtió el sureste en bastión, desde ahí mantuvo activas las operaciones de trasiego de droga desde Colombia a EU.
Los reportes de inteligencia indican que contaba con protección incluso de autoridades locales para evitar operativos, pero también desplegó la violencia en estados como Chiapas y Veracruz.
EXTRADITABLE
Guízar Valencia, también conocido como El Charly y El Amo, quien es mexicano-estadunidense, formaba parte de la lista de los 122 objetivos prioritarios identificados por las autoridades federales, y de los que han sido neutralizados 109.
El comisionado nacional de Seguridad, Renato Sales confirmó la detención de El Z43, operador del trasiego de drogas desde Colombia hacia EU y uno de los principales generadores de violencia en la región sureste de México y Guatemala.
Detalló que el gobierno de EU ya solicitó a México su extradición, puesto que El Z43 cuenta con órdenes de aprehensión en Washington, Dallas y Laredo, aunque también se le acusa en Tabasco, Puebla y Chiapas de delitos contra la salud, tráfico de armas, delincuencia organizada, homicidio y secuestro.
De acuerdo con las autoridades, nació el 1 de noviembre de 1979 en Venustiano Carranza, Puebla, e inició en 1998 con el tráfico de drogas en Michoacán, que continuó en 2001 en Tamaulipas.
En 2003 inició el reclutamiento de células para apoderarse de la plaza de Palenque en Chiapas; en 2005 expandió sus actividades a Veracruz y en 2007 se encargó del trasiego, vía terrestre, de cocaína desde Colombia hacia EU, pasando por Guatemala.
Sales Heredia dijo que Guízar “estableció conexiones con otros proveedores en Centro y Sudamérica. Derivado del control en el sureste del país, en 2013 el imputado expandió sus operaciones al centro de la República, principalmente el estado de Puebla”.
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