Guerrero: Esto se sabe de los Curas ASESINADOS

La madrugada del lunes 5 de febrero, una camioneta que presentaba al menos 30 impactos de bala AK47, fue encontrada en la carretera Iguala-Taxco, en Guerrero. Dentro de ella, seis personas se encontraban dentro, cuatro de ellas heridas y dos muertas. Los fallecidos eran Germain Muñiz e Iván Añorve, sacerdotes de la entidad. 

En cuanto a los heridos, se trata de Ardelis Muñiz, hermana Germaín Muñiz; Alba Iris; Oscar, un pescador originario del municipio de San Marcos y amigo de Iván Añorve; así como Rogelio López, profesor originario del poblado de Carrizalillo. 

El asesinato de los clérigos desató una serie de acusaciones por parte del gobierno guerrerense, así como duras y polémicas declaraciones por parte de los líderes eclesiásticos de la zona. 
Los dos sacerdotes asesinados.

 La fiesta antes del asesinato 

Los sacerdotes, así como los cuatro acompañantes, habían acudido a una fiesta en la comunidad de Juliantla, en Taxco, Guerrero. 

Dicha fiesta fue organizada, según el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, por Federico y José Manuel Figueroa, familiares de cantautor fallecido Joan Sebastian.

 En la celebración no había presencia de autoridades ni locales, estatales o federales, debido a que nadie la solicitó. 

Esto se explicaría, como según detalló la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero, por la presencia de integrantes de grupos delictivos de la misma entidad guerrerense, pero también de Morelos y el Estado de México, en la fiesta. 

 Cabe mencionar que tanto el llamado "Rey del Jaripeo", como su familia, han sido señalados por supuestos vínculos con el narcotráfico, aunque nunca fue investigado. 

Por ejemplo, en 2004, los vincularon con Vicente Carrillo Leyva, hijo de El Señor de los Cielos. Sin mencionar los asesinatos de dos de sus hijos, uno de los homicidios adjudicados al Cártel del Pacifico Sur, una escisión del de los Beltrán Leyva. 

Más el ataque del que fue víctima en Cuernavaca en 2012. 

La fiscalía detalló que los dos sacerdotes y sus acompañantes dejaron el lugar a las 19:00 horas. Las supuestas relaciones de los curas con el narco La FGE asegura que durante la fiesta, tanto Germain Muñiz como Iván Añorve, consumieron bebidas alcohólicas y se les vio portando armas de grueso calibre. 

Astudillo, además, sostuvo que los curas tuvieron "un altercado" con sicarios durante la fiesta. Dicho altercado se dio luego de que un grupo de personas quisiera bailar con unas mujeres que acompañaban a los sacerdotes. 
Estas personas, detalló el mandatario, formaban parte del crimen organizado, quienes, al irse los curas, les dieron alcance y ejecutaron. 

 Tras el ataque, los responsables huyeron del lugar, robaron un vehículo y escaparon hacía Ixtapa de la Sal, en el Estado de México. 

Autoridades del estado aseguran además que Germaín Muñiz había sido fotografiado anteriormente "portando una arma de fuego de grueso calibre [...] en compañía de hombres fuertemente armados pertenecientes a un grupo delictivo". 
Germaín Muñiz armado y con encapuchados 

El clero responde Luego de los señalamientos, el obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, rechazó las acusaciones; descartó que los sacerdotes estuvieran de "parranderos" y negó los vínculos con criminales. 

Sobre la relación con la familia de Joan Sebastian, Rangel Mendoza aseguró que se dio debido a que les grabarían un disco. El obispo detalló que el sacerdote Iván Añorve cantaba alabanzas y Germaín Muñiz era apasionado de la música. 

La presencia de ambos curas en la fiesta de los Figueroa se dio por el interés de que les grabaran dicho algún. 
El obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza 

En cuanto a la imagen de Germaín Muñiz portando un arma de fuego junto con hombres encapuchados, Salvador Rangel Mendoza refiere que es una estrategia para criminalizar y desprestigiar al clero en Guerrero. 

En respuesta al asesinato, el obispo hizo un llamado para que se dialogue con el crimen organizado para así reducir la violencia. Y aseguró, ha hablado con líderes criminales para que protejan a los religiosos en la entidad. 

Ni los sacerdotes se libran de la violencia 

En los últimos años los asesinatos de religiosos en el país se han quintuplicado. Durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari hubo cuatro curas asesinados, con Ernesto Zedillo tres y con Vicente Fox otros cuatro. 

La llegada de Felipe Calderón y el comienzo de la llamada guerra contra el narcotráfico marcó un parteaguas en le violencia. Su sexenio dejó 25 sacerdotes asesinados. 

En tanto, los primeros cinco años del gobierno de Enrique Peña Nieto reportaron 18 curas asesinados, 21 sumando los dos de este lunes. 

Sin mencionar que en el último año, los religiosos han recibido 800 amenazas de muerte, un 50% más respecto a 2016. Esto convierte a México, por noveno año consecutivo, en la nación con más sacerdotes asesinados en un país que no está en guerra
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