Reynosa.- Cuando la madre de los descuartizadores llegó a las instalaciones de la PGJE, llevándoles el “lonche”, confiada en que los únicos que tenían problemas con la justicia eran sus hijos, se encontró con la sorpresa de que en el juzgado segundo penal, también había girado una orden de aprehensión en su contra por delito de homicidio calificado.
De visitante, su situación cambió a detenida y procesada por su supuesta coparticipación en la muerte del hombre que sus hijos descuartizaron a principios del mes de mayo.
Originalmente, los agentes ministeriales al mando del comandante Noé Hinojosa Villarreal, habían cumplimentado las órdenes de aprehensión en contra de Bernabé y Enrique Alanís Huerta, las cuales fueron giradas dentro del proceso 062/2016 radicado en el juzgado segundo penal.
Pero manejaron con mucho sigilo lo de la tercer orden de aprehensión, pues sabían que Guillermina Huerta andaba muy confiada, puesto que les había llevado en tres ocasiones la comida a sus hijos. Ignoraba que en el ejercicio de la acción penal, el fiscal primero investigador había encontrado elementos suficientes para involucrarla en el sonado caso del descuartizado.
Por eso ayer cuando arribó a la PGJE y se dirigía hacia las oficinas de la PME, se encontró con dos elementos femeninos que se encargaron de cumplimentar la orden. Ahora Guillermina, Bernabé y Enrique, enfrentarán el proceso penal por delitos por los que podrían pasar hasta 50 años en la cárcel.
Guillermina y Enrique están acusados del delito de homicidio calificado. Mientras que Bernabé se encuentra acusado de homicidio calificado y robo con violencia. Fue Bernabé el que mató al individuo, cuya identidad aún se desconoce, para robarle su dinero y otras pertenencias.
Luego en complicidad con su hermano y su progenitora lo destazaron y lo introdujeron en una maleta para llevarlo a tirar en un terreno enmontado cercano a la colonia Lomas del Pedregal.
Los hechos se registraron el día 2 de mayo y el crimen afloró hasta el 14 de este mes, cuando la amasia de Bernabé se decidió a denunciarlos, venciendo su temor a las amenazas. Se localizó el cuerpo, los ministeriales aportaron suficientes pruebas y el fiscal turnó el expediente al juzgado segundo penal, donde se les libraron las ordenes de aprehensión, que se cumplimentaron ayer.
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