México, D.F.- En México, los hombres de más de 20 años son el grupo que predomina en los casos reportados de desapariciones.
De los 941 casos por desaparición que al mes de febrero investigaba la Procuraduría General de la República, el 28 por ciento, es decir 267, son por víctimas de entre 20 y 29 años.
En contraste, hay 181 víctimas en el rango de 30 a 39 años, 133 de entre 10 y 19 años, en 185 casos no se cuenta con el dato y los demás rangos de edad no superan las 80 incidencias, de acuerdo con las cifras del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, en específico a las del fuero federal.
La estadística marca que el 83 por ciento del total de los casos, es decir 781 personas, son hombres. En el recuento del mes de febrero se detalla que Guerrero, Veracruz y Tamaulipas son por mucho los estados más peligrosos, con 261, 168 y 131 casos respectivamente.
Aunque el propio registro aclara que estas desapariciones pudieron ocurrir por hechos de violencia, catástrofes naturales o cualquier otra situación, organizaciones civiles y expertos en la materia advierten que las cifras reflejan la vulnerabilidad en la que se encuentra la juventud.
‘‘El Estado no puede asegurar que la mayoría de estos casos sean personas no localizadas, para eso debería mediar una investigación, y justo el mayor déficit en materia de desaparición de personas es que no hay capacidad de investigación y esclarecer hechos’’, comentó Mario Patrón, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.
Para Maritza Urteaga, investigadora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), la base de datos mezcla los casos de desaparición y de extravío porque, entre otras cuestiones, así le conviene al gobierno federal.
Sin embargo, tanto para Patrón como para Urteaga es significativo que los tres estados con mayores casos sean donde se enfrentan graves situaciones de violencia.
‘‘La situación que se vive en Veracruz me parece más cercana a dos cuestiones que han venido pasando con el gobierno de Javier Duarte: el acallamiento de toda disidencia, que por lo general viene de los jóvenes, y la disputa de plazas entre narcotraficantes, donde los que hacen el trabajo más riesgoso son los jóvenes de esta edad (de 20 a 30 años)’’, señaló.
En Guerrero, además del crimen organizado, Urteaga señaló la existencia de grupos disidentes que han llegado a la guerrilla y de movimiento populares de ideología similar a los normalistas de Ayotzinapa, donde también militan principalmente los jóvenes.
‘‘Los jóvenes siempre son los que hacen los trabajos más riesgoso, incluso en el Ejército’’, agregó la especialista de la ENAH.
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