Reynosa, Tam.- La población de Reynosa sufrió ayer por tercer día consecutivo la racha de violencia ante un escenario de pesadilla: infantes de Marina disparando desde el aire contra blancos específicos en tierra, un centro comercial completo sellado por militares con cientos de clientes junto a pistoleros en su interior… y una bala perdida en un enfrentamiento viajó un kilómetro para atravesar la cabeza de un pitcher en pleno juego de beisbol.
Al arreciar los operativos de búsqueda de las tropas federales contra miembros del crimen organizado en esta frontera, el balance de muertos se elevó ayer a once en las últimas 50 horas, incluida una víctima inocente.
En uno de los incidentes, dos vehículos con hombres armados en fuga irrumpieron en el estacionamiento de la Plaza Comercial Del Río, sobre el Boulevard Morelos, y los marinos abrieron fuego desde el helicóptero.
No obstante, los pistoleros ingresaron corriendo al centro comercial en busca de refugio generando un ambiente de pánico, gritos y caos entre las familias que realizaban sus compras.
‘‘Disparaban desde el aire y las balas rebotaban en el suelo. Yo me fui a gatas a buscar donde esconderme’’, reveló un cuidador de vehículos.
Enseguida, un comando de marinos descendió del helicóptero para apoyar a los militares en tierra y todos los accesos del inmueble fueron sellados para evitar que los delincuentes lograran escapar.
En ese momento, después de las 16:00 horas, ningún civil podría entrar o salir del establecimiento. En el interior, aterrorizados, los clientes permanecían sentados en los pasillos.
con el guante en la mano
Posteriormente, a las 19:00 horas sobre la carretera Ribereña, a la altura de la colonia Rancho Grande, se registró otro enfrentamiento entre pistoleros y tropas militares.
A esa misma hora, a un kilómetro al norte del epicentro de batalla, residentes de la colonia Constitución jugaban un partido amistoso de beisbol en los campos deportivos ubicados sobre la Avenida Central a un costado de las vías del tren.
Las familias con sus hijos observaban y lanzaban porras a los equipos. A la distancia, se empezaron a escuchar detonaciones.
José Francisco Herrera Favela, de 29 años, inició el lanzamiento pero repentinamente se desplomó al suelo con el guante en la mano: una bala perdida destrozó su cabeza y ahí permaneció inerte, entre un charco de sangre, y con los brazos en cruz hacia el cielo.
angustia ciudadana
En otro incidente casi simultáneo, alrededor de las 18:00 horas, los ciudadanos que viajaban por las avenidas El Maestro, Mil Cumbres y Boulevard Hidalgo se vieron en medio de una lluvia de balas por persecución en helicópteros contra vehículos terrestres.
Los marinos atacaron camionetas presuntamente tripuladas por hombres armados.
En el cruce de la Avenida El Maestro con Boulevard Hidalgo, por la carretera Reynosa-Monterrey y a unos 3 kilómetros del cruce para tomar el puente Anzaldúas, los helicópteros dispararon a muy baja altura provocando temor entre cientos de automovilistas que a esa hora acababan de salir de sus centros de trabajo, maquiladoras la mayoría.
De acuerdo con testigos, no se supo exactamente a qué vehículos buscaban, pero hubo marinos a pie que revisaron los locales comerciales de la plaza H100, en donde hay restaurantes.
Marinos en patrullas cercaron la zona, que es entrada a la colonia Las Quintas, del mismo sector sur poniente, donde las fuerzas federales han sostenido enfrentamientos contra lugartenientes del crimen organizado que residen por la colonia.
Los helicópteros sobrevolaron las colonias del sector.
Durante la emergencia, el gobierno municipal de Reynosa jamás activó el semáforo de alerta ciudadana en Facebook ni Twitter, donde mantenía una ilustración con niños sonrientes y titulada: ‘‘Reír es la mejor manera de eliminar el estrés’’.
Cubierto con una sábana, frente a su madre que llora su muerte, yace el cadáver del beisbolista José Francisco Herrera Favela, alcanzado por una bala perdida durante el enfrentamiento entre pistoleros y militares.
LA ORDEN: Nadie entra... y nadie sale
ZOZOBRA. Clientes del centro comercial Plaza Del Río se resguardan sentados en los pasillos luego de ser sellados todos los accesos, mientras los alumnos del CETIS Número 71 permanecen bajo refugio en una de las aulas del plantel.
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