Reynosa.- El hombre que encontraron muerto en la carretera que conduce al puente internacional Anzaldúas, resultó ser una víctima de un atentado a balazos que se registró cuando se dirigía hacia el cruce fronterizo a eso de las 5:30 horas.
Se había reportado como un motociclista atropellado por un vehículo y tenía esa apariencia y como tal lo levantaron las autoridades investigadoras, tras de concluir las diligencias a la altura del kilómetro 4 de la carretera que conduce al puente Anzaldúas.
Ante la creencia de que se trataba de un accidente vial o un homicidio culposo, fueron agentes ministeriales adscritos a las unidades de investigación los que se presentaron en el sitio del hallazgo. Sólo que cuando el médico legista concluyó su labor el caso dio un giro sorprendente. El hombre no había sido atropellado en principio.
Su muerte derivó de un balazo que recibió en la región renal, el cual le atravesó y le salió en la región frontal del cráneo. Evidentemente el proyectil penetró cuando iba manejando una motocicleta inclinado sobre los manubrios.
A eso se debe la trayectoria del proyectil y los daños que ocasionó en riñón derecho y corazón, por eso el casco estaba bastante dañado por la salida del plomo.
Las huellas de atropellamiento que se le apreciaban en el cuerpo, fueron de varios vehículos que le pasaron por arriba. Las autoridades no encontraron cartera, documentos y dinero. Solo había en los bolsillos de su pantalón un ticket de un cajero automático norteamericano del banco IBC, donde checó el saldo al parecer poco antes de las 3:00 horas.
Respecto al paradero de la motocicleta en que se transportaba nadie sabe nada. Hasta ayer por la tarde, el cuerpo se encontraba todavía en el SEMEFO, como “N.N.”, es decir sin identificación.
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