El viernes 1, cuando aún no amanecía, un convoy de 10 camionetas con gente armada que venía de la Resolana (Casimiro Castillo) bordeó por una brecha para evitar pasar por esta cabecera municipal. Los vehículos entroncaron en La Cruz y pasaron por Villa Vieja con las luces apagadas. Eran las 6:30 horas.
Al último, un poco retrasada, venía una unidad sobre cuya cabina asomaba una especie de cañón, bazuca o lanzagrandas, medio tapado con una manta.
Varios helicópteros rugían en el aire. Minutos después se oyó un estruendoso tronido de metralla que disparaba de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo. Algunos lugareños se atrevieron a asomarse por las ventanas de sus viviendas, sorprendidos por el relampagueo de los disparos.
Un vaquero cabalgaba por un camino aledaño. De pronto, dice, vio una bola de humo en el aire, luego vino el desplome de un helicóptero que, oscilante, cayó a menos de dos kilómetros delante de Villa Vieja al parecer envuelto en llamas.
En otro lado, el asustado esposo mueve a su mujer y le ordena: "¡Despierta, m’ija que algo está pasando! Oye cómo está la tracatiza. Es como una persecución a balazos. ¡Levántate!, aunque sea para pedirle perdón a Dios por si nos toca... No sabe uno!"
—¡Uf! y yo que creía que iban uno o dos camiones descompuestos, destartalándose por la terracería para abajo —le responde la esposa. —¿No escuchaste antes: ¡Pum!, un estruendo muy fuerte primero? Fue como un bombazo ensordecedor. Escucha el pas, pas, pas, el tra, tra, tra y el traca traca... "Así se escuchaban los balazos —explica al reportero—, como de distintas armas pesadas calibres y hasta uno que otro bombazo." —¿Acaso no oyes? —le dije a mi esposa. —¡Claro que sí, y tengo muchísimo miedo! —¿De veras no escuchas? —¡Sí! Luego vivieron los vuelos rasantes de helicópteros que apenas libraban las ramas de las rosas moradas, los cuastecomates, los habillos, los mojotes (capomos), las parotas y cuanto árbol hay en el perímetro entre Villa Vieja, Rancho Nuevo, Paso Real y Los Achiotes. CASI NOS CAE ENCIMA
Segundos después, uno de ellos casi se cae sobre las casas. "Nos hizo saltar de la cama a mi esposa y a mí. Las gallinas comenzaron a cacarear en la lima que está ahí", dice al tiempo que apunta a la sombra del arbolado en el hirviente mediodía costero. "Tuvimos que salir de la casa porque creíamos que el aparato oscuro nos iba a caer encima… Y también a ver lo que pasaba, pegados a la pared y a la camioneta. Nomás veíamos, entre los claros de la arboleda, la lumbre de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo", cuenta mientras mira hacia la loma, al pie del Cerro de las Burras, a unos dos kilómetros de Villa Vieja, donde cayó el Cougar. De dos helicópteros artillados que daban vueltas y vueltas a baja altura, los habitantes de las rancherías sólo miraban las ráfagas.
Una familia se refugió en un solo cuarto y ahí estuvo entre hora y media o dos horas, hasta que todo quedó en silencio, pero los helicópteros siguieron sobrevolando por mucho rato después del enfrentamiento, levantando heridos y muertos. "También dos avionetas aparecieron poco después del encontronazo, dando vueltas allá arriba", acota otro entrevistado. Durante la refriega, pasaron por aquí, a toda velocidad, dos camionetas particulares repletas de civiles rumbo a Villa de Purificación o hacia otros poblados, brechas o escondites de esa gente que conoce bien la zona. En la terracería, según vieron más tarde, quedaron tiroteadas siete u ocho unidades de los "malosos". "Ya después, con el esplendor del sol, brillaban cientos, miles de casquillos", comentan los campesinos. Uno de ellos relata: "Como a las tres de la tarde del viernes 1 otro helicóptero pasó sobre aquellos habillos y aterrizó en esa lomita donde se ven esos matorrales o pastura. Desde aquí —no más de cien metros en línea recta—, me quedé viendo. Bajaron varios soldados. Como a gatas comenzaron a arrastrarse para recoger dos cadáveres".
Otro más platica que casualmente pasó cerca de donde cayó el helicóptero del Ejército. Se quedó mudo al ver tanto muerto. Un vendedor ambulante que caminó temprano por el lugar donde se desató la balacera fue obligado por los sicarios, a punta de pistola, a llevar a sus compañeros hasta San Miguel. Después lo dejaron sano, dice.
EL EJÉRCITO TOMÓ EL ÁREA Después de la batalla, la zona quedó solitaria durante casi 24 horas. El fuselaje del helicóptero permaneció humeante por un buen rato y muchas de sus partes quedaron esparcidas en un área de 250 metros. Luego llegó el Ejército y montó tres campamentos en el entorno, lo que impide el paso hacia las estribaciones del Cerro de los Burros, donde cayó la aeronave. El lugar "está asegurado por la PGR y hay que preservar evidencias", comenta al reportero un mando militar. En tanto, en cumplimiento de la orden superior de capturar a como dé lugar al líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación, Nemesio Oseguera Cervantes, "El Mencho", el municipio está tomado por el Ejército.
En las entradas y salidas hay retenes y decenas de soldados bien pertrechados en tanquetas. Asimismo, camiones, camionetas y vehículos blindados recorren las calles y las carreteras vecinales. En algunos retenes —también los hay en el lugar cercano donde fue derribado el helicóptero— se revisan de manera exhaustiva los autos de los lugareños. En otros, las revisiones son aleatorias, sobre todo a los que salen de esta cabecera municipal. Aparte de Villa de Purificación, la mayor fuerza militar se concentra particularmente en los municipios de Autlán con la parte de la Sierra de Manantlán que le corresponde, y Unión de Tula. Y aunque en estos lugares las revisiones son más ocasionales, hay varias unidades militares terrestres. En la región hay poco más de 30 unidades de combate que fueron transportadas en 16 tarimas de tráileres entre el miércoles 6 y el jueves 7 desde temprano. Se trata de los blindados ligeros Panhard VCR de tres ejes o 6X6, de origen francés, dotados de metralleta automática y proyectiles antitanque y de los Sandcat, fabricados en Estados Unidos.
No obstante, cuando unidades artilladas y tropa se internan en las montañas o hacen recorridos, en las áreas urbanas grupos de jóvenes rondan desafiantes por la zona: algunos colocan mantas, sobre todo en la región Costa Sur. El jueves 7, en Autlán, apareció una con el siguiente mensaje: "Esta manta es para los guachos. Queremos que se retiren de Autlán. Tienen este mes para largarse. De lo contrario, actuaremos en su contra. Mataremos a cada militar que veamos en la calle." Firman: El 24, El 7, Japo y Vaquero. MENSAJE ¿DE EL MENCHO?
Días antes, el lunes 4, jóvenes de secundaria y preparatoria empezaron a difundir en las redes sociales un mensaje atribuido al Mencho: "Buenas tardes a toda la población del estado de Jalisco. Con estas palabras les hago hacer mi sentir y pedirles unas disculpas a toda la ciudadanía, yo simplemente estoy defendiendo mi vida, el gobierno quiere hacer ver que están trabajando para cumplir con el compromiso que tienen con el cartel de los Z para que ellos obtengan la plaza Jalisco. Pero aquí mismo les hago saber yo NEMECIO OSEGUERA que yo y mi empresa CJNG peliaremos con todo; les pido nuevamente a todo el pueblo una disculpa, los cuidaremos con el corazón. ATT. EL MENCHO CARTEL NUEVA GENERACION CJNG". El martes 5, en la reunión del Gabinete de Seguridad federal encabezada por el titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, el general de división Miguel Gustavo González Cruz, comandante de la V Región Militar y encargado de la Operación Jalisco, dijo que el propósito es apaciguar la entidad, capturar al Mencho y acabar con el CJNG. La operación empezó el viernes 1. La víspera, tropas del Ejército habían ubicado al capo en esta región costera donde, según versiones locales, tenía un laboratorio de drogas sintéticas y explotaba clandestinamente un mineral cerca del lugar donde fue derribado el helicóptero militar. La persecución generó los narcobloqueos del Día del Trabajo. El domingo 3, en algunas partes más aisladas del sur de la entidad, en Palo Blanco, municipio de El Grullo, también hubo incidentes similares aunque sin incendio de autos. Por cierto, en el tramo San Buenaventura-Apulco, municipio de Tonaya y Tuxcacuesco, respectivamente, de la carretera Autlán-Ciudad Guzmán, se contabilizaron nueve narcobloqueos; en algunos casos los vehículos incendiados estuvieron hasta la tarde del domingo 3.
Al último, un poco retrasada, venía una unidad sobre cuya cabina asomaba una especie de cañón, bazuca o lanzagrandas, medio tapado con una manta.
Varios helicópteros rugían en el aire. Minutos después se oyó un estruendoso tronido de metralla que disparaba de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo. Algunos lugareños se atrevieron a asomarse por las ventanas de sus viviendas, sorprendidos por el relampagueo de los disparos.
Un vaquero cabalgaba por un camino aledaño. De pronto, dice, vio una bola de humo en el aire, luego vino el desplome de un helicóptero que, oscilante, cayó a menos de dos kilómetros delante de Villa Vieja al parecer envuelto en llamas.
En otro lado, el asustado esposo mueve a su mujer y le ordena: "¡Despierta, m’ija que algo está pasando! Oye cómo está la tracatiza. Es como una persecución a balazos. ¡Levántate!, aunque sea para pedirle perdón a Dios por si nos toca... No sabe uno!"
—¡Uf! y yo que creía que iban uno o dos camiones descompuestos, destartalándose por la terracería para abajo —le responde la esposa. —¿No escuchaste antes: ¡Pum!, un estruendo muy fuerte primero? Fue como un bombazo ensordecedor. Escucha el pas, pas, pas, el tra, tra, tra y el traca traca... "Así se escuchaban los balazos —explica al reportero—, como de distintas armas pesadas calibres y hasta uno que otro bombazo." —¿Acaso no oyes? —le dije a mi esposa. —¡Claro que sí, y tengo muchísimo miedo! —¿De veras no escuchas? —¡Sí! Luego vivieron los vuelos rasantes de helicópteros que apenas libraban las ramas de las rosas moradas, los cuastecomates, los habillos, los mojotes (capomos), las parotas y cuanto árbol hay en el perímetro entre Villa Vieja, Rancho Nuevo, Paso Real y Los Achiotes. CASI NOS CAE ENCIMA
Segundos después, uno de ellos casi se cae sobre las casas. "Nos hizo saltar de la cama a mi esposa y a mí. Las gallinas comenzaron a cacarear en la lima que está ahí", dice al tiempo que apunta a la sombra del arbolado en el hirviente mediodía costero. "Tuvimos que salir de la casa porque creíamos que el aparato oscuro nos iba a caer encima… Y también a ver lo que pasaba, pegados a la pared y a la camioneta. Nomás veíamos, entre los claros de la arboleda, la lumbre de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo", cuenta mientras mira hacia la loma, al pie del Cerro de las Burras, a unos dos kilómetros de Villa Vieja, donde cayó el Cougar. De dos helicópteros artillados que daban vueltas y vueltas a baja altura, los habitantes de las rancherías sólo miraban las ráfagas.
Una familia se refugió en un solo cuarto y ahí estuvo entre hora y media o dos horas, hasta que todo quedó en silencio, pero los helicópteros siguieron sobrevolando por mucho rato después del enfrentamiento, levantando heridos y muertos. "También dos avionetas aparecieron poco después del encontronazo, dando vueltas allá arriba", acota otro entrevistado. Durante la refriega, pasaron por aquí, a toda velocidad, dos camionetas particulares repletas de civiles rumbo a Villa de Purificación o hacia otros poblados, brechas o escondites de esa gente que conoce bien la zona. En la terracería, según vieron más tarde, quedaron tiroteadas siete u ocho unidades de los "malosos". "Ya después, con el esplendor del sol, brillaban cientos, miles de casquillos", comentan los campesinos. Uno de ellos relata: "Como a las tres de la tarde del viernes 1 otro helicóptero pasó sobre aquellos habillos y aterrizó en esa lomita donde se ven esos matorrales o pastura. Desde aquí —no más de cien metros en línea recta—, me quedé viendo. Bajaron varios soldados. Como a gatas comenzaron a arrastrarse para recoger dos cadáveres".
Otro más platica que casualmente pasó cerca de donde cayó el helicóptero del Ejército. Se quedó mudo al ver tanto muerto. Un vendedor ambulante que caminó temprano por el lugar donde se desató la balacera fue obligado por los sicarios, a punta de pistola, a llevar a sus compañeros hasta San Miguel. Después lo dejaron sano, dice.
EL EJÉRCITO TOMÓ EL ÁREA Después de la batalla, la zona quedó solitaria durante casi 24 horas. El fuselaje del helicóptero permaneció humeante por un buen rato y muchas de sus partes quedaron esparcidas en un área de 250 metros. Luego llegó el Ejército y montó tres campamentos en el entorno, lo que impide el paso hacia las estribaciones del Cerro de los Burros, donde cayó la aeronave. El lugar "está asegurado por la PGR y hay que preservar evidencias", comenta al reportero un mando militar. En tanto, en cumplimiento de la orden superior de capturar a como dé lugar al líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación, Nemesio Oseguera Cervantes, "El Mencho", el municipio está tomado por el Ejército.
En las entradas y salidas hay retenes y decenas de soldados bien pertrechados en tanquetas. Asimismo, camiones, camionetas y vehículos blindados recorren las calles y las carreteras vecinales. En algunos retenes —también los hay en el lugar cercano donde fue derribado el helicóptero— se revisan de manera exhaustiva los autos de los lugareños. En otros, las revisiones son aleatorias, sobre todo a los que salen de esta cabecera municipal. Aparte de Villa de Purificación, la mayor fuerza militar se concentra particularmente en los municipios de Autlán con la parte de la Sierra de Manantlán que le corresponde, y Unión de Tula. Y aunque en estos lugares las revisiones son más ocasionales, hay varias unidades militares terrestres. En la región hay poco más de 30 unidades de combate que fueron transportadas en 16 tarimas de tráileres entre el miércoles 6 y el jueves 7 desde temprano. Se trata de los blindados ligeros Panhard VCR de tres ejes o 6X6, de origen francés, dotados de metralleta automática y proyectiles antitanque y de los Sandcat, fabricados en Estados Unidos.
No obstante, cuando unidades artilladas y tropa se internan en las montañas o hacen recorridos, en las áreas urbanas grupos de jóvenes rondan desafiantes por la zona: algunos colocan mantas, sobre todo en la región Costa Sur. El jueves 7, en Autlán, apareció una con el siguiente mensaje: "Esta manta es para los guachos. Queremos que se retiren de Autlán. Tienen este mes para largarse. De lo contrario, actuaremos en su contra. Mataremos a cada militar que veamos en la calle." Firman: El 24, El 7, Japo y Vaquero. MENSAJE ¿DE EL MENCHO?
Días antes, el lunes 4, jóvenes de secundaria y preparatoria empezaron a difundir en las redes sociales un mensaje atribuido al Mencho: "Buenas tardes a toda la población del estado de Jalisco. Con estas palabras les hago hacer mi sentir y pedirles unas disculpas a toda la ciudadanía, yo simplemente estoy defendiendo mi vida, el gobierno quiere hacer ver que están trabajando para cumplir con el compromiso que tienen con el cartel de los Z para que ellos obtengan la plaza Jalisco. Pero aquí mismo les hago saber yo NEMECIO OSEGUERA que yo y mi empresa CJNG peliaremos con todo; les pido nuevamente a todo el pueblo una disculpa, los cuidaremos con el corazón. ATT. EL MENCHO CARTEL NUEVA GENERACION CJNG". El martes 5, en la reunión del Gabinete de Seguridad federal encabezada por el titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, el general de división Miguel Gustavo González Cruz, comandante de la V Región Militar y encargado de la Operación Jalisco, dijo que el propósito es apaciguar la entidad, capturar al Mencho y acabar con el CJNG. La operación empezó el viernes 1. La víspera, tropas del Ejército habían ubicado al capo en esta región costera donde, según versiones locales, tenía un laboratorio de drogas sintéticas y explotaba clandestinamente un mineral cerca del lugar donde fue derribado el helicóptero militar. La persecución generó los narcobloqueos del Día del Trabajo. El domingo 3, en algunas partes más aisladas del sur de la entidad, en Palo Blanco, municipio de El Grullo, también hubo incidentes similares aunque sin incendio de autos. Por cierto, en el tramo San Buenaventura-Apulco, municipio de Tonaya y Tuxcacuesco, respectivamente, de la carretera Autlán-Ciudad Guzmán, se contabilizaron nueve narcobloqueos; en algunos casos los vehículos incendiados estuvieron hasta la tarde del domingo 3.
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